Shangai planea compensar las pérdidas de VCs en Startups 

  
Esta idea ridícula del gobierno de Shangai me recuerda a la de cierto país que no sólo terminó convirtiéndose en un lugar de turismo sino que “asesinó” una generación de inversores ángeles.

Cuando la forma de “convertirse en un hub global de innovación” se apoya en grants sin una estrategia sólida lo único que se logra es atraer oportunistas.

Se puede medir el poder de Google?

Una de los subproductos del tiempo de la hiperconectividad es que las líneas entre cosas antes bien definidas se hacen cada vez más borrosas y terminan por desaparecer completamente.

Los datos que otrora solo pertenecían a las personas (y a los gobiernos) ahora están más y más en manos de empresas. Y no me refiero solo a los datos que comparten los usuarios de manera consciente, sino a la información que arrojan los perfiles basados en la actividad online. Podría arriesgarme a decir que empresas como Google o Facebook deducen cosas que ni los propios usuarios saben de si mismos (al menos en cuanto a habtios de consumo on-line se trata).

Y son justamente Google y Facebook las dos empresas que estan en el ojo de la tormenta por temas de privacidad.

El caso de Facebook es de opt-in, por ponerlo de alguna manera, pero Google no, ésta tiene presencia en un altísimo porcentaje de sitios en forma de publicidad, herramientas de trackeo (Analytics) o cualquier otra de la miríada de ofertas que tiene Google. Es el ojo que todo lo ve.

Es interesante ver cómo los gobiernos y sistemas judiciales acuden cada vez más a Google con pedidos de takedown o de información. El caso particular de data requests es llamativo dado que se trata de data que ni siquiera gobiernos con un presupuesto de Inteligencia enorme poseen.

Si hacemos la concesión que poder puede ser interpretado como influencia + capacidad de controlar el medio uno no puede sino sentirse un poco abrumado ante el potencial poder de Google. Tomemos solo dos aristas de las actividades de la empresa:

  • Una búsqueda tiene impacto económico y social según el órden en que se presenten los resultados, y
  • Si el “conocimiento es poder” Google tiene data centers llenos de ello.

Con ello podría ejercer presiones y esgrimir influencias si la necesidad se presentase.

El motto “do no evil” no tiene en cuenta que las empresas están hechas de humanos, que pueden ser tentados. Más aún quisiera ver donde quedaría la frase el día que la empresa se vea en un aprieto financiero u económico. Mientras el cash flow es positivo y abundante todos somos Ghandi.

Ahora yo no creo que, como dice Peter Kirwan de Wired los Gobiernos Vs Google vaya a ser la 3ra guerra mundial. Pero si se ve venir una ola de regulaciones sobre no solo la actividad de Google sino de todas aquellas empresas que posean datos de los usuarios (en especial las que los obtengan sin que medie un opt-in explícito), y donde Peter si tiene un punto válido es en que las empresas que trabajan altamente reguladas tienen menos márgenes que aquellas que operan en medios desregulados.

La herramienta de Government Requests (linkeada más arriba) hiede a Relaciones Públicas. Mi interpretación es que Google está mandando un mensaje del estilo “estos hipócritas nos mandan una carta (pdf) preocupados por la privacidad cuando ellos mismos nos piden los datos“. Si hay algo que conviene en cualquier disputa es parecer el bueno de la película.

La lucha para permanecer sin regulación va a ser una de lobbys y PR.

Lo cual nos lleva de nuevo al “Do no Evil”. Me pregunto que pasará con eso el día que los márgenes se achiquen y la acción ya no tenga un valor infititamente más alto que las ganancias, ¿arriesgarán algo de los datos su alma para hacer presión sobre los tomadores de decisiones? Pero Google tiene una debilidad y es que existe un intermediario entre ellos y el público: los ISPs. Y si los reguladores gubernamentales sirven de algo deben asegurarse de que así se mantenga. Le haría muy mal al libre mercado que una sola empresa pueda ser dueña de grandes partes de la experiencia web end-to-end.

Por Esteban Panzeri Glas, reportando desde la Clandestinidad mientras Mariano se da la gran vida en Miami.