El New York Times tiene un muy buen resúmen y línea de tiempo sobre el ciberataque que sufrió Estonia; es interesante ver como este evento está siendo considerado como el primer ataque cibernético contra un país, lo inquietante es que seguramente esto da pie a leyes más duras sobre el control de Internet.
En el caso de Estonia, Internet es parte de la vida social del país en serio, el e-government llega al punto de que no sólo se vota online sino que hasta se pagan todos los impuestos y su banca online está totalmente desarrollada hasta con micropagos moviles. Y, para peor, se manejan grandes temas de infraestructura que fueron los principales blancos de los ataques.
En resúmen, los sitios del gobierno dejaron de funcionar, el banco más grande de ese país tuvo que cerrar el acceso online y para frenar los ataques tuvo que existir un esfuerzo de ISPs de todo el mundo que baneaban bloques enteros de países para frenar el ataque; vale la pena leer la nota pero es mucho más interesante pensarlo como un pequeño ejercicio de futuras guerras cibernéticas.