Hoy es el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, al menos eso es lo que nos quiere hacer celebrar la OMPI. Personalmente no estoy en contra de la protección de los derechos, si estas tuvieran una medida justa y lógica que no trate de impedir la innovación como hacen actualmente.. de hecho me gustaría usar alguna imagen de su galería pero tengo miedo de hacer algo mal y que me persigan ;)
Una de las mejores notas sobre esta “celebración” la envía mi “hacktivista” preferida, Beatriz Busaniche de Via Libre (Blog)de la que copio un par de párrafos pero vale la pena leer completa:
Tampoco menciona la persecución y criminalización de niños y familias enteras por participar en redes P2P, acusándolos de infracción al derecho de autor basándose en suposiciones, evidencia dudosa e interpretaciones maximalistas de tal derecho. Ni las iniciativas, también fomentadas por su organización, para exigir a las bibliotecas el pago de derechos de autor por el préstamo de libros a sus parroquianos (pago que, por lo general, termina en manos de las gestoras colectivas de derechos y la editoriales, y no va al bolsillo del autor).
El hecho de que la exagerada duración del derecho de autor propuesta por su organización sea responsable de que grupos de admiradores de James Joyce no puedan aún leer sus escritos cuando lo celebran no parece merecer la atención de la OMPI, y tampoco la realidad de que esa misma duración sea la causa de que no hayan entrado nuevas obras al dominio público por casi un siglo, condenando a miles de ellas a desaparecer para siempre, ya que no se las puede preservar (copiar o digitalizar) sin violar el derecho de autores imposibles de contactar.
El concepto de “Propiedad intelectual” fomentado por la OMPI es engañoso… enseña que compartir es un delito, y que sin monopolios no existiría innovación.
Sin embargo, vale recordar que Daguerre no necesitó una patente para diseminar masivamente el fantástico sistema que diera origen a la fotografía. Tampoco Mozart necesitó un derecho de autor para crear una música eterna. Ni Cervantes, ni Shakespeare, ni Miguel Angel, ni las culturas nativas. Tampoco los médicos tradicionales patentaron las aplicaciones de las plantas con virtudes curativas ni los pueblos mesoamericanos apelaron a monopolios cuando cultivaron la enorme variedad de formas del maíz que hoy es uno de los alimentos básicos en todo el planeta.
Excelente Artículo!
Según Darwin, el mejor adaptado será quien sobreviva, y esa máxima puede aplicarse a nuestra sociedad globalizada de hoy: Ganarán las pocas y grandes Corporaciones que defienden a rajatabla el derecho de propiedad (hasta llegar a extremos risibles), o ganarán los cientos de miles de individuos que segundo a segundo descargan copias pirateadas de absolutamente toda creación hecha por el hombre que pueda transformarse en bit?
Saludos,
Rosamunda
Mi opinión sobre el tema…
Ahí está! El auténtico miedo a hacer cualquier cosa “tecnológica” fuera de la ley…
Yo me siento igual, pero con algo a favor: no tengo ni idea de como funciona este mundillo, aunque ahora con un curso que hago online lo estoy aprendiendo, cosa que me horroriza (por ver hacia dónde nos dirigimos) y fascina por igual (por rizar el rizo una y otra vez).
Ciao, buona giornata!
Con todo respeto creo que están mal informados sobre la propiedad intelectual y lo que pretende la OMPI. Coincido en que hay muchas atrocidades, pero no es la OMPI ni la propuesta, sino las empresas, Ejemplo: Disney sobornó a los legisladores en México para aumentar la explotación de derechos autorales por 100 años, mientras que la media son 50 años; el terrorífico caso de la empresa Monsanto, que tiene controlado la siembra internacional de maíz incluso con transgénicos, alegando de que son patentes suyas cuando en realidad son producto del intercambio de granos que han hecho los campersinos, sobre todo mexicanos, a lo largo de la historia; o que me dicen de la explotación de niños en Oriente y medio oriente elaborando “juguetes” para Mc. Donalds o zapatos de cuatro dólares de Nike. La propuesta de la OMPI es buena, lo digo yo como inventor que soy y que tengo beneficios por mis invensiones,lo malo es que la ambición desmedidad de empresarios voraces le dá al traste a las buenas propuestas.