Google Apps Premium vs. MS Office

Soy usuario de Google Apps for your Domain hace un tiempo largo ya, lo uso para 4 de mis dominios con diferentes perfiles (uno familiar, dos de blogs, y uno de empresa) y la combinación de Gmail+Docs+Spreadsheet+Blackberry es realmente genial… pero de ahí a decir que es un reemplazo total de Office y que 100.000 empresas hicieron el cambio hay una distancia gigantesca.

Entiendo que Google pueda alardear de que entre los clientes pagos aparecen GE, Procter & Gamble, Prudential y Loreal… pero dudo seriamente que cualquiera de esas empresa haya cambiado su infraestructura corporativa para pasar a esta “suite”.

Y estoy lejos de creer que MS Office es la solución ideal para un mundo cada día más conectado o donde la colaboración online es una killer-app, pero seamos sinceros G.Apps es un servicio que no tiene soft de presentaciones, que su hoja de cálculos no puede hacer calculos financieros y que le falta una pata “local”. ¿En serio imaginan que GE es capaz de alojar todos sus documentos en servidores remotos y nada más?

Que hay muchas empresas que contrataron el servicio estoy seguro que es cierto, que las empresas cambiaron de “suite” es una afirmación ridícula. Aunque no conozco a nadie que usa el 100% de las funciones de Office (ni de excel, ni de Word, ni de One Note, etc.) es imposible decir que un soft reemplace al otro.

De hecho creo que, en algunos casos, son complementarios por ejemplo para aquellos que usan mail masivamente y que apenas usan Excel para seguimiento de contactos con un CRM enlatado; ej? call-centers distribuídos.. donde el “operador” no tendría ni que usar Office ni outlook ni nada.. solo una conexión a internet.

3 opiniones en “Google Apps Premium vs. MS Office”

  1. Yo opino que se complementan, pero hoy por hoy están lejos de ser un reemplazo de office. Yo he leído gente “importante” de la blogósfera que critica duramente y compara a ciertas aplicaciones online con MS Office y realmente me hace pensar que saben utilizar el 20% de las herramientas. No nos engañemos.

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